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“La regulación de los animales en laboratorios es mínima”: Aníbal Vallejo

La experimentación con animales va más allá de la medicina: se utilizan en muchos laboratorios, como de la industria cosmética o química, por ejemplo. En Colombia, las leyes para su protección son obsoletas o no se cumplen.



Por Santiago Rúa Correa
bitacora@eafit.edu.co

Desde hace un siglo se utilizan animales para experimentos. En Colombia, la norma que regula esa investigación es la Ley 84 de 1989. Sin embargo, es muy tolerante y ya está desactualizada frente al contexto internacional.



Y hay normas que no se cumplen en absoluto como aquellas que obligan a que los camiones que transportan animales vivos estén acondicionados para evitar el maltrato en las carreteras.



​Por ejemplo, exigen que los machos vayan separados de las hembras, los que tienen cuernos separados de los sin cuernos, los adultos aparte de los pequeños;

no pueden transitar en horas de la noche y deben tener

jornadas cortas para que puedan sacarlos a pastar o a ser alimentados cuando el vehículo se detenga en algún municipio.

 

Aníbal Vallejo Rendón, cabeza de la Sociedad Protectora de Animales de Medellín, lleva más de 20 años alertando sobre estos temas. Aquí, algunas de sus reflexiones.



¿Se puede hablar de derechos de los animales en un país donde actividades como la tauromaquia aún son permitidas?


“Cuando se habla de los derechos de los animales se toca un tema del derecho marginal, un derecho que existe pero ni se divulga ni se cumple.



La Declaración Universal de los Derechos de los Animales, de 1978, es de obligatorio cumplimiento según la constitución colombiana y en ella se expone que no se maltratarán ni habrá matanzas o abusos con ellos.



La tauromaquia es una de las cinco excepciones que tiene la Ley 84, junto con el coleo y las riñas de gallos. Todos esos espectáculos, herencia imperdonable de la cultura española, han sido la manera para que el legislador colombiano haga las excepciones de la ley.



La Ley 84 tiene determinado desde la A hasta la Z las acciones punibles, pero más adelante las vuelve obsoletas, pues si bien dice que es ilegal punzar, cortar, herir o mutilar a un animal, permite a aquellas actividades ‘culturales’ punzar, cortar, herir, mutilar y matar al animal.



Todo eso debido a que importan más los intereses económicos: Colombia es un país donde hay más ingresos por ganadería que por agricultura. Los intereses que están representados en el Senado de la República no permitieron que se cumpliera la ley en su completa plenitud”.



¿Son imprescindibles los animales para la experimentación médica o procesos industriales?


“Si los animales son iguales al ser humano, entonces tienen derechos y deberíamos respetar su dignidad. Y si son distintos no deberíamos experimentar con ellos porque sus efectos no son iguales en las personas, ¿para qué utilizarlos entonces?”



Muchos opinan que la alternativa sería experimentar con animales plaga, como las ratas. ¿Tiene lógica eso?


“No tendría sentido. Si nos oponemos a la experimentación con animales que en la escala natural fueran similares a los humanos, sería absurdo dejar experimentar con animales que no tienen ningún parecido genético con el humano.



Y al decir que se podrían experimentar con plagas se estaría además afirmando que hay animales más importantes que otros”.

¿A qué se debe que la Unión Europea haya tomado medidas contra la experimentación, mientras en Colombia y otros países latinoamericanos a duras penas se toca el tema?


“Esos países tienen una tradición cultural del tema. En Europa aparecen los primeros movimientos de protección y defensa; en Londres aparece una de las primeras entidades a nivel mundial de protección animal… Hay otro grado cultural y presiones por parte de los ambientalistas y los grupos que han intentado aminorar el maltrato desmedido que se ha ejercido sobre las especies.



Incluso en ello influyen personajes de la vida pública que se unen a la causa. El hecho de que se le vea al actual papa bendecir a un ciego y que también bendiga a su perro lazarillo es un gran paso.



Otra de las razones es que Colombia tiene un predominio demasiado marcado de la Iglesia católica y en esa iglesia no hay signos de conmiseración o bondad de aquel ser superior sobre los animales, comenzando porque afirma que el animal está en la tierra para uso y beneficio del ser humano, sin ninguna distinción.



Épocas como Semana Santa y diciembre son fatídicas y crueles porque siendo las dos más significativas para la religión católica están plagadas de muerte y maltrato animal. La presión religiosa es un factor muy importante”.

¿Qué principios regulan el trato de los animales en los laboratorios?


“Existen infinidad de artículos y manuales para controlar la experimentación, pero por mucho que se regule se viola la libertad del animal.



Se han definido las cinco libertades de los animales, que además son violentadas con ellos en los laboratorios, que son:


- Las de hambre, sed y malnutrición.
- La de miedo, ansiedad y angustia.
- La incomodidad por condiciones físicas o térmicas.
- La de dolor, lesión o enfermedad.
- La de expresar sus comportamientos naturales.



¿Cuál de estas libertades puede ejercer un animal que está en cautiverio en un laboratorio?



Eso sin incluir la comercialización desbordada de animales para experimentación, que no son la réplica del animal natural: cuando hablamos de rata de laboratorio hablamos de un animal que ha sido artificialmente reproducido para ser vendido y que produzca mayor rentabilidad.



Actualmente se tienen catálogos con animales mansos que se dejan sacar sangre, que se dejan manipular y muchas cosas más, todo para ahorrarle el trabajo al investigador”.



¿Hay alguna entidad encargada de regular o certificar que los laboratorios sí respeten esas cinco normas?


“En Colombia se supone que sería el Ministerio de Salud por medio del Invima (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos), pero que conduce toda su labor al control de enfermedades o alteraciones de alimentos.

La regulación de los animales en laboratorio es mínima, hay una enorme libertad para que todos los investigadores abusen de las especies bajo su cuidado”.



¿Qué entidad verifica el buen trato en lugares como un zoológico o un circo?


“En Colombia existe el ICA (Instituto Colombiano Agropecuario) que no tiene suficiente personal para supervisar el trato que se les da en esos lugares.



Regulan la entrada y salida de especímenes, la movilización, las zonas de cuarentena, el cumplimiento de normas sanitarias y la regulación de los mataderos. Pero todo eso desde el punto de vista de la sanidad humana, no animal”.



¿De quién es el deber de defender a quienes no pueden defenderse?, ¿de hablar por los que no hablan?


“Cualquier ciudadano tiene la autoridad para velar por los derechos del animal y denunciar a quien incumpla con eso”.



¿Qué empresas en el país experimentan con animales?


“En Colombia se usan animales para todo lo que usted quiera. Mencionar nombres propios sería hacer un juicio polémico, pero el hecho de que una empresa de cárnicos o lácteos ponga luz artificial en el lugar donde tienen a los animales o se destete antes de tiempo al ternero, ya se está afectando al animal y violando sus libertades.



Eso no lo hacen público las empresas porque necesitan compradores, no ciudadanos pensantes”.



Por último, ¿qué opina de la creación de animales transgénicos?


“Lo remito a mis columnas en el periódico El Mundo, de Medellín. En ellas, desde los años 90 vengo tocando ese tema de las quimeras absurdas que está creando la ciencia: tratan de cruzar dos animales con ciertas características para tener mayor rentabilidad económica en ciertas cosas. Pero, ¿y el animal qué?”

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